Tarta de queso cheesecake al mascarpone

Creo que ya hace tiempo que sabéis todos mi debilidad por el queso. Por este motivo tenía muchísimas ganas de hacer una tarta de queso o cheesecake que fuera rica y sencilla de preparar, y creo que la he encontrado. Se trata de ésta versión de la web elPastís, sitio totalmente recomendable y que animo a todos a pasarse por allí.

Es súper fácil de hacer. Yo he variado las cantidades de quesos solamente para un mejor aprovechamiento de los paquetes que me ofrecen los supermercados de mi zona, pero os puedo asegurar que ha quedado buenísima. Os dejo con la receta, ¡que la disfrutéis!

Ingredientes

Para la base 75 gr de mantequilla derretida 125 gr de galletas tipo María

Para el relleno 350 gr de queso tipo Philadelphia 250 gr de queso Mascarpone 160 gr de azúcar 3 huevos 10 gr de esencia de vainilla

En la receta original hay 390 gr de queso tipo Philadelphia y 195 gr de Mascarpone, pero he cambiado las cantidades para adaptarlas mejor a los paquetes que he encontrado en el supermercado.

Elaboración

Iremos precalentando el horno a 180º con un recipiente ancho con agua, ya que hornearemos al baño María.

La base la haremos triturando las galletas y mezclándolas con la mantequilla. Yo trituro directamente con la batidora de brazo, y así me aseguro que que las galletas me quedan como un polvillo. Mezclamos con la mantequilla bien y extendemos en la base de un molde redondo de unos 20-23 cm. El mío es de 23, y véis que queda una base bastante fina. Si os gusta la base más ancha siempre podéis aumentar proporcialmente las cantidades de galletas y mantequilla. El molde con la base lo vamos a meter en la nevera o congelador mientras preparamos el relleno.

Batimos con varillas el queso Philadelphia con el azúcar. Una vez bien mezclado añadimos el Mascarpone y los huevos de uno en uno, dejando unos segundos entre uno y otro para asegurarnos que se incorporan bien a la mezcla. Por último, echamos la vainilla y batimos otro poco.

Echamos la mezcla en el molde y horneamos al baño María a 160º durante 75 minutos aproximadamente. Si vemos que la parte de arriba se nos dora demasiado, bajamos un poco la temperatura del horno.

Pasado este tiempo, apagamos el horno, pero no sacamos la tarta. Abrimos la puerta del horno de manera que quede abierta 2 ó 3 dedos. Lo dejaremos el tiempo suficiente hasta que esté a temperatura ambiente. Pasado este tiempo (1 hora por lo menos) lo meteremos al frigorífico 12 horas, o mejor para el día siguiente.

Se puede servir sola o con mermelada, frutos del bosque, etc.

¡Está buenísima!